ÉL PODER Y SECRETO DEL AMÉN



 La palabra amén es, sin duda, una de las palabras más populares y recitadas en la historia humana.

El Zohar nos dice que aquellos que pronuncian la palabra amén después de una oración son profundamente más importantes que aquellos que recitan la oración..  

Dice el Zóhar:

Aquel que responde Amén es más valioso que aquel que hace las bendiciones.

ZOHAR VOL 22 7:36

¿Por qué?

El Zohar también dice que aquellos que pronuncien ”amén” y comprendan su verdadero significado, serán bendecidos, salvados y protegidos. Las personas que conocen y utilizan el poder del “Amén” reciben Luz y bendiciones en este mundo y en el paraíso futuro. 

¿Por qué es tan poderosa esta única palabra?

El Zóhar dice que aquellos que no entienden ni pronuncian Amén, causan que las puertas del cielo se cierren y así, las bendiciones no pueden recaer sobre ellos. El resultado es oscuridad. Mira a tu alrededor.


El Zóhar afirma::

«…Quien haya escuchado una bendición hecha por alguien, pero no haya meditado  en su corazón el Amén…cierra las puertas…ninguna bendición se abre para él…Ay de él, y ay de su alma.»

ZOHAR VOL 22 7:36


Amén es universal.


Es Bueno Decir «Amen» cuando se espera algo bueno después de decir algo. 

Por ejemplo: Quisiera que todas las personas en el mundo pudieran unirse y vivir en armonía, Amén.

Amén es tan ubicuo y omnipresente en nuestro mundo como el aire que respiramos. Nunca ha salido de la lengua de la humanidad. Es probablemente la palabra más mencionada en la historia humana. Es tan generalizada, que no la valoramos y nunca hacemos preguntas sobre ella.


Conceptualizando el Amen.

2000 años antes de la ciencia moderna y de la teoría de supercuerdas, el Zóhar dijo que la realidad verdadera existe en Diez Dimensiones. Estas dimensiones se desglosan de la siguiente manera:




Existen nueve dimensiones que se ocultan de nosotros, a las que llamamos la realidad del 99%. Se le llama del 99% porque 99% de la verdadera realidad, está escondida ahí. Este reino del 99% es la verdadera fuente de todas las bendiciones, placer, buena fortuna y de la vida misma. Es un reino de energía superior pura. Es aquí en donde encontramos la verdadera Divinidad y milagros.

La décima dimensión es nuestro mundo. La realidad física. Aquí solo encontramos el 1% de la realidad, debido a las limitaciones que conocemos.

Existe Luz en nuestro mundo en forma de progreso, felicidad, avances tecnológicos, paz y prosperidad, solo cuando nuestro mundo se conecta con la fuente, esta realidad oculta del 99% .

Si desenchufamos una lámpara de su fuente de poder – la toma en la pared – la lámpara de pronto se oscurece. La vida funciona de la misma manera. Necesitamos enchufarnos, y a nuestro mundo, a la realidad del  99% para poder recibir la Luz espiritual, la Energía excelsa que anima nuestro universo y todo en él, incluyendo cada átomo en existencia.

Ese es el rol del amén.

Todas las oraciones que pronunciamos son simplemente los cables con los que atraemos la corriente de Luz a esta realidad física. Amén es el interruptor de encendido-apagado que debemos encender para que la Luz brille en nuestra vida.

Amén es el interruptor de encendido y apagado en la pared. Amén es el botón de encendido en el sistema. Amén es el control remoto que enciende todas las luces, permitiéndote expresar todo este poder diverso de maneras prácticas, generando energía que fluye y se manifiesta aquí y ahora.


Amén es el botón de encendido y apagado de la vida.


El propósito de orar es conectar y unir el 99% y el 1%. 

Dios siempre escucha nuestras oraciones.


Dios nunca dice NO a nuestras oraciones.

Nosotros somos quienes decimos NO cuando nos desconectamos de la fuente de toda energía divina. No puedes culpar a la electricidad por no iluminar tu casa oscura, porque olvidaste conectar tu lámpara al contacto de la pared o, porque olvidaste encender el interruptor de la fuente de poder.

Éste, es el por qué el Zóhar dice “quien quiera que escuche una bendición que alguien hiciera pero que no meditara de corazón en el Amén… las bendiciones no se abrirán para él… pide por él, pide por su alma.”

Dios no es una persona que castiga. El individuo simplemente se corta a sí mismo de la Luz.

Amén no es una palabra o término al azar que significa “así sea”. Es el antiguo interruptor que permite que el “así sea”, suceda.

hemos de comprender que Las únicas oraciones que se contestan son aquéllas que traen Luz a todo el mundo, en especial cuando oramos por otros.








imagen diseñada por Osmary Navarro. 

fuente y mas información: https://hablan-los-estudiantes-de-kabbalah.com/2015/09/09/el-poder-y-secreto-del-amen/