LA POSIBILIDAD DE SER FELIZ.
Todos los seres humanos aspiran llegar a la
felicidad, pero siempre sitúan esta felicidad más allá de lo que tienen en ese
momento, la ven como si fuera algo que tuviera que alcanzarse, como si fuera
algo por lo que tuvieran que luchar, como si fuera algo que llegara justo en el
momento en que ellos consiguen hacer determinadas cosas, pero esta forma de ver
a la felicidad, en realidad los aleja de ella. Pensar que la felicidad se
encuentra en algún futuro indeterminado, implica que ese futuro nunca se va a
hacer presente, pues siempre estará más allá de lo que el propio individuo ha
conseguido; sin embargo, la felicidad se encuentra presente en todo momento
alrededor de las personas.
¿Dónde
está la felicidad?.
La felicidad no es un estado futuro, es una
posibilidad en el presente, es algo que se tiene, que simplemente no se ha
observado, no se ha sabido experimentar, no se ha aprendido a verla. La
felicidad es una palabra que las personas no han aprendido todavía en su
correcto significado, generalmente se piensa que la felicidad va asociada a una
casa, a un automóvil, a la salud, al cariño, al estado del tiempo, al bienestar
económico, a muchas cosas, y por sí sola la felicidad no se le comprende, ésta
es otra de las grandes mentiras, la felicidad es independiente de cualquier
objeto, de cualquier cosa, incluso espiritual; la felicidad es un estado de conciencia,
es un momento en la vida del individuo, es una forma distinta de sentirse, de
verse a sí mismo, y de ver a todo lo que lo rodea.
La
felicidad es un estado de conciencia.
La felicidad no llega necesariamente con las
cosas materiales, tampoco llega necesariamente con las cosas espirituales, se
es feliz o no se es feliz, y todo únicamente por un estado de conciencia; así
pues, no esperemos encontrar la felicidad en algún momento de nuestras vidas
futuras, ni tampoco esperemos encontrarla en el momento en que logremos
conseguir tal o cual cosa, la felicidad está ya en este momento, ha estado
siempre con nosotros y estará siempre dentro de nuestras posibilidades; ¿qué es
lo que nos separa de ella?, ¿qué es lo que nos impide ver exactamente que la
felicidad la tenemos alrededor nuestro?.
Cómo
experimentar la felicidad.
Si dejamos correr nuestras mentes y nos
sumergimos dentro de nuestros propios pensamientos, observaremos que nuestro
ser interior está lleno de anhelos, está lleno de deseos insatisfechos, está
deseando siempre cambiar las cosas que tiene a su alrededor, está siempre
mirando al futuro o al pasado, y en ese agitado mundo mental interior en el que
nos movemos, no existe un espacio en donde el ser se siente tranquilamente, y
sin pensar en el futuro ni en el pasado, sin desear cambiar nada de su vida,
observe simplemente lo que está pasando a su alrededor, experimente la alegría
de estar vivo, unifique su ser con todo lo que lo rodea y entonces, en ese
estado, experimente esto que hemos llamado felicidad.
La felicidad está siempre en el presente, siempre en el presente, y la felicidad está
siempre en nosotros mismos y nunca en cosas ajenas a nosotros; ser feliz
significa aprender a mirar en el presente y evitar cualquier tipo de deseo de
cambio, en esos momentos somos felices, en esos momentos disfrutamos de la
vida, en ese momento nos sentimos plenos y en total armonía con el universo;
sin embargo, la dinámica que rige todas las actividades del cosmos nos impulsa
a movernos de un estado a otro, es el motor de nuestras vidas, es ese algo
inexplicable que nos impulsa y nos empuja a buscar nuevos horizontes de
realización personal.
El
impulso de la evolución y el impulso de la felicidad.
Distingamos perfectamente estos dos aspectos
de nuestra vida interior; cuando la fuerza que actúa es la de la evolución y
estamos moviéndonos de un estado a otro, luchando por ser mejores, luchando por
tener más cosas, luchando por tener un mejor control sobre nosotros mismos, en
esos momentos, nuestro esfuerzo y voluntad está dedicado a la consecución de
esos fines, pero en el momento que esa fuerza cesa, en el momento en que
nosotros nos damos un respiro y observamos lo que tenemos, en esos momentos
entra en acción la fuerza de la felicidad, el deseo desaparece y la experiencia
de estar vivo y en armonía con todo lo que nos rodea impera y colorea de
colores brillantes todo el universo.
Entre
la felicidad y la evolución debemos equilibrar nuestras vidas, entre esos dos
impulsos radica el secreto del vivir armónico, del equilibrio espiritual, de la
realización personal.
Mediten intensamente en estos dos aspectos,
experiméntenlos en sus vidas, aprendamos a ser felices viviendo en el presente
y eliminando hasta el más mínimo deseo de cambio, experimentemos la felicidad,
y después, sin apegarnos a ella, busquemos que esa fuerza de evolución nos
impulse adecuadamente para que, cumpliendo la voluntad divina, podamos alcanzar
niveles más altos de realización personal.
Kwan Yin