TANTO PARA APRENDER
Aprendí que la
mayoría de las cosas por las que me preocupo nunca suceden.
Aprendí que cada
logro alguna vez fue considerado imposible.
Aprendí que nada
de valor se obtiene sin esfuerzo.
Aprendí que la
expectativa es con frecuencia mejor que el suceso en si.
Aprendí que aun
cuando tengo molestias, no necesito ser una molestia.
Aprendí que
nunca hay que dormirse sin resolver una discusión pendiente.
Aprendí que no
debemos mirar atrás, excepto para aprender.
Aprendí que
cuando alguien aclara que se trata de principios y no de dinero, por lo general
se trata de dinero.
Aprendí que hay
que luchar por las cosas en las que creemos.
Aprendí que las
personas son tan felices como deciden serlo.
Aprendí que la
mejor y más rápida manera de apreciar a otras personas es tratar de hacer su
trabajo.
Aprendí que los
días pueden ser largos, pero la vida es corta.
Aprendí que si
tu vida está libre de fracasos, es porque no has arriesgado lo suficiente.
Aprendí que es
bueno estar satisfecho con lo que tenemos, pero nunca con lo que somos.
Aprendí que podemos
ganar un centavo en forma deshonesta, pero que más tarde este nos costará una
fortuna.
Aprendí que debo
ganar el dinero antes de gastarlo.
Aprendí que
debemos apreciar a nuestros hijos por lo que son y no por lo que deseamos que sean.
Aprendí que el
odio es como el ácido: destruye el recipiente que lo contiene.
Aprendí que
planear una venganza sólo permite que las personas que nos hirieron lo hagan
por más tiempo.
Aprendí que las
personas tienen tanta prisa por lograr una "buena vida" que con frecuencia
la vida pasa a su lado y no la ven.
Aprendí a no
dejar de mirar hacia el futuro; que todavía hay muchos buenos libros para leer,
puestas de sol que ver, amigos que visitar, gente a quien amar y viejos perros
con quienes pasear.
Aprendí que
todavía tengo mucho que aprender.
Jaime Lopera G.