La Era de Acuario





Era de Acuario


Todos hemos oído hablar de la Era de Acuario, o de la Nueva Era, y muchos aún no tenemos claro de qué se trata.

¿Es una moda? ¿Una corriente de terapias “alternativas”? ¿Una serie de libros de autoayuda? ¿Realmente está pasando algo o es todo un “invento”?

Lo que sí es cierto es que nos damos cuenta, consciente o inconscientemente, de que algo está pasando, muchos se encuentran con la sensación de que tienen que hacer algo, pero, ¿qué? ¿cómo? ¿cuándo?

Acabamos de salir de una era, la Era de Piscis, regida por el planeta Neptuno, que ha durado unos dos mil años, y en la que el hombre, ha aprendido (o se supone debe haber aprendido) a conocer y a conectar con sus emociones. El símbolo de piscis lo hemos podido ver con Jesús, quien escogió como discípulos a sencillos pescadores. También lo encontramos en la mitra obispal, que tiene forma de pez con la boca hacia arriba (de hecho el pez era el primer símbolo del cristianismo), y en todos los descubrimientos que se han realizado surcando los mares (en grandes naves, barcos).



Urano, “el destructor”, regente de la Era de Acuario, se presenta ante nosotros con la tecnología, con los aviones ultrarrápidos, con las comunicaciones globales, a través de Internet, satélites... Urano representa la tecnología, el elemento aire, la mente y el afán de seguir adelante; y rompe con todo lo antiguo, que ya no sirve; hay que vivir según un orden “nuevo”


Espiritualmente, en los últimos dos mil años hemos intentado reconocer nuestras emociones como parte del Ser humano, a convivir con ellas. El conocimiento y las fuentes de Sabiduría han estado ocultos, ya que por razones de poder interesaba que las personas no tuvieran acceso a su propia felicidad y que dependieran de un intermediario para conseguirla. De ahí el ocultismo, las logias y el simbolismo; todo permanecía oculto, pues incluso las vidas de los poseedores de estos conocimientos corrían serio peligro. En los últimos tiempos de la era de Piscis esto se convirtió en desprestigio y mofa por parte de las fuerzas que ocupaban puestos de poder. En esta Nueva Era de Acuario, todo el Conocimiento sale a la luz, nada queda oculto, pues la Sabiduría no pertenece a nadie, es más, en la Era de Acuario, quien pretenda retener conocimientos los puede perder.

Uno de los símbolos, en el mundo occidental, del fin de la Era de Piscis, fue el hundimiento del Titanic, al mismo tiempo que unos bichos con alas enormes surcaban nuestros cielos dejándonos atónitos y maravillados. Neptuno y Urano se cruzaron causando una enorme confusión, crisis y guerras a nivel mundial, nada ocurre porque sí.

Recordemos el signo de Acuario, un hombre con una vasija de agua al hombro, las emociones, ya reconocidas y aceptadas, controladas por él mismo. Representa la libertad y la independencia.


Así se que se supone que en la era de Piscis hemos aprendido a reconocer nuestras emociones, y ahora, en la Era de Acuario, las controlamos.

Aunque Neptuno y Urano ya no se cruzan, y que éste último es el que rige esta nueva Era, muchos siguen confundidos, y parte de ello es porque aún seguimos atados a viejos esquemas, seguimos apegados a una imagen de nosotros mismos en la que la limitación y la impotencia son los protagonistas. Seguimos pensando que la felicidad está reservada a unos pocos privilegiados, que el conocimiento sólo lo encontraremos allá lejos, en las montañas, en el ayuno estricto, en el voto de silencio de nuestras emociones. En fin, en el “no puedo”, “esto no es para mí”, “ya lo haré más adelante”...


El momento es ahora, y el lugar es éste mismo, la ciudad o el campo, la arena de la playa o el asfalto de la capital.

Es esta imagen limitada de nosotros mismos (y de los demás) la que nos mantiene en la confusión y el desconocimiento. Aún no estamos bien familiarizados con la Era de Acuario y con su regente Urano. En realidad la mayoría ya conocemos bien nuestras emociones, es nuestra mente la que se ha de liberar. Acuario significa una nueva Era, una nueva edad para el hombre maduro, el “Homo Amantis” como lo llaman algunos. Ahora ha llegado el momento de poner en práctica lo de “Ámate a ti mismo”.

Todo lo viejo ha de desaparecer, o más bien ha de elevarse, todos somos capaces de transmutar nuestra negatividad aquí y ahora, sin miedo a lo que podamos encontrar en nuestro interior, ya que el miedo ha sido la herramienta utilizada durante la Era anterior para mantenernos en la ignorancia y en la limitación.


Todos nos damos cuenta de que algo está pasando con el planeta Tierra, grandes movimientos sísmicos, maremotos y terremotos nos asolan de vez en cuando, y nos afecta a todos, a lo mejor no dormimos bien y sentimos cansancio, sin haber realizado actividades físicas demasiado pesadas.

La Tierra también está cambiando, también se está “iniciando”, elevando su conciencia y su vibración. Lo que muchas personas sienten, que tienen que hacer algo y no saben qué ni cómo, no es tan complicado, aunque nadie dice que sea fácil. Hemos de elevar nuestra conciencia y nuestra vibración para poder fluir con los cambios que se están produciendo en nuestro planeta y al igual que éste permanece centrado en su eje, nosotros podemos hacer lo mismo. Permanecer centrados en nuestro eje, conscientes de nuestras emociones o con la mente a nuestro servicio (no nosotros al servicio de nuestra mente).

Así los grandes cambios nos afectarán positivamente, podremos descansar correctamente y liberarnos de las limitaciones que hasta ahora hemos sufrido como seres humanos. Y lo más importante, nos sentiremos dueños de nuestra propia vida, aceptaremos las dificultades como retos para aprender, y mantendremos una conexión con nuestra Sabiduría individual y colectiva que nos permitirá compartir con sinceridad y confianza.

Debemos crear un espacio, desprendiéndonos de todo lo viejo, para que pueda nacer en nuestro interior un nuevo Ser, libre e inocente. Es por esto que vemos aparecer constantemente nuevas terapias (cromoterapia, masaje metamórfico, kinesiología, shiatsu, terapia del sonido, etc.) llamadas holísticas, que entienden y tratan a la persona como un todo, recuperando e integrando partes de nuestro ser que estaban enfermas o desubicadas. Se trata de crear una buena tierra, dándole abono de vez en cuando y agua buena (buenos sentimientos), para que la semilla del nuevo Ser crezca y se desarrolle de manera natural.

Lo Mismo pasa con los libros de la “nueva era”. Éstos sacan a la luz la Sabiduría que durante tanto tiempo ha estado “oculta”. Muchos son libros antiguos que vuelven a publicarse para todo el mundo y no sólo para unos cuantos “elegidos”, y otros son libros nuevos, pequeñas parábolas que nos hablan del cambio, del viejo y del nuevo Ser. Libros de otras culturas y religiones, a través de los que nos podemos dar cuenta de que hay un hilo común a todas las religiones, a todas las Escuelas de Sabiduría.

Tomar conciencia de que somos libres, y de que somos poderosos Seres Espirituales con un vehículo (el cuerpo) al que hay que cuidar y amar; tomar conciencia de que los cambios que se están produciendo en la Tierra también nos afectan, y ser conscientes de que la Realidad no es sólo lo que ven nuestros ojos físicos, es parte de nuestro “trabajo”.

Ahora debemos mirar más con el corazón, sin miedo a lo que podamos encontrar, y descubriremos cada vez a más personas que, como nosotros, están preparando esa nueva tierra. Si abrimos bien los ojos del corazón, conoceremos personas que nos ayudarán, como el hermano mayor ayuda al pequeño, y aprenderemos a leer en el LIBRO DE LA VIDA, presente en todas partes, dispuesto a brindarnos su-nuestra Sabiduría.

La felicidad no es un premio, es un derecho que tenemos todos al nacer, sólo tenemos que empezar a creer en nosotros mismos, y deshacernos de todo lo caduco... si no, Urano se encargará de ello, ya que la Naturaleza se impone siempre. 



“Estar aquí,
es estar para siempre,
es haber estado ya.”