ENEAGRAMA DE LA PERSONALIDAD: ENEATIPO 1

Resumen – descripción de las características del eneatipo Uno – 1 :
También llamado el perfeccionista, el reformador, el juez, el iracundo, la ira.




El eneatipo Uno pertenece a la triada del “Instinto” o del “Hacer”.
A este estilo de personalidad le aterra tanto cometer errores, que para él/ella, sólo hay una forma correcta de hacer las cosas. La imperfección le irrita.
El eneatipo Uno cree estar dotado de un alto sentido ético y moral, es respetuoso hacia las reglas y normas sociales. Su elevado nivel de exigencia le lleva a una fuerte ira interna, que reprime y sólo manifiesta de forma racionalizada, corrigiéndose y corrigiendo a los demás, defendiendo con ahínco lo que cree que es justo. Tiende a la corrección en las formas, al control de sus reacciones, a la rigidez y a la falta de espontaneidad.
Con frecuencia antepone el deber al placer.
Actitudes* genéricas del eneatipo Uno:
  • Por lo general me consideran una persona seria y sensata, y una vez dicho y hecho todo, supongo que lo soy.
  • Siempre he intentado ser sincero y objetivo respecto a mí mismo, y estoy decidido a ser fiel a mi conciencia, cueste lo que cueste.
  • Si bien una parte de mí podría ser alocada, en términos generales no ha sido precisamente ese mi estilo.
  • Tengo la impresión de que tengo un juez en la cabeza: a veces este juez es sabio y perspicaz, pero muchas otras es simplemente severo y duro.
  • Creo que he pagado un elevado precio por tratar de ser perfecto.
  • Me gusta reírme como a cualquiera; ¡debería hacerlo más a menudo!
  • Mis principios e ideales me estimulan hacia mayores logros y dan sentido y valor a mi vida.
  • No entiendo por qué tantas personas tienen valores morales tan laxos.
  • Depende tanto de mí que se hagan las cosas que tengo que ser más organizado y metódico que los demás.
  • Me imagino que tengo una misión personal, tal vez una vocación para algo superior, y creo que durante mi vida podría realizar algo extraordinario.
  • Detesto los errores, por lo tanto tiendo a ser muy minucioso para asegurarme de que las cosas se hagan bien.
  • Gran parte de mi vida he creído que lo que está bien, está bien, y que lo que está mal, está mal, y ya está.
  • Me cuesta muchísimo dejar que las cosas se hagan sólo suficientemente bien.
  • Han recaído muchas responsabilidades sobre mis hombros: si no hubiera estado a la altura de las circunstancias, sólo Dios sabe lo que habría ocurrido.
  • Me conmueve muchísimo la nobleza humana y que se conserve el buen talante en las dificultades.
(*Extraídas del libro “La Sabiduría del Eneagrama”,
Russ Hudson y Don R. Riso. Urano, 2001)
Resumen de los niveles de salud del eneatipo Uno:
Sanos (en su mejor estado). Los tipo Uno sanos poseen un profundo sentido del bien y del mal así como valores morales muy sólidos. Son racionales, razonables, autodisciplinados y moderados. Éticos en extremo: la verdad y la justicia son valores fundamentales. La integridad y la rectitud los convierten en sobresalientes maestros morales. En su mejor estado: se vuelven extraordinariamente sabios y juiciosos. Al aceptar las cosas como son, adquieren un sentido increíble de la realidad y saben qué hacer en cada situación. Humanos, inspiradores y tolerantes: “la verdad será escuchada”.
Promedio (lo más habitual). Los tipo Uno promedio no están satisfechos con la realidad y empiezan a sentir que ellos deben mejorar las cosas a su alrededor; son defensores, críticos e idealistas. Buscan razones a todo y explican a los demás cómo deben ser las cosas. Tienen miedo de cometer errores; todo debe ser consecuente con sus ideales. Son ordenados, pulcros, metódicos, bien organizados, lógicos, detallistas, aunque muy rígidos. Con frecuencia tienden a trabajar compulsivamente. Son muy puntuales, pedantes y un tanto fastidiosos. Llegan a ser muy críticos con sigo mismos y con los demás; son melindrosos, perfeccionistas y juzgan todo. Siempre tienen una opinión acerca de todo; corrigen y fastidian a los demás para que hagan lo que, según ellos, es “lo correcto.” Son impacientes y nunca están satisfechos con nada a menos que se hagan las cosas como ellos las ordenen. Generan juicios morales todo el tiempo.
Insano (en su peor estado) Pueden llegar a ser muy dogmáticos, moralistas, intolerantes e inflexibles. Empiezan a ver las cosas en absolutos: ellos tienen la verdad; todos los demás están equivocados.
Pueden llegar a ser muy severos en sus juicios al mismo tiempo que racionalizan todos sus actos (se justifican). Se vuelven obsesivos con las imperfecciones y los errores de los demás; sin embargo, pueden caer en contradicciones al hacer lo contrario de lo que predican. Condenan a los demás y pueden ser crueles y punitivos para deshacerse de los que ellos consideran “malhechores.” Llegan a caer en depresiones severas y crisis nerviosas en los casos más extremos.

La pasión dominante del eneatipo Uno: La IRA