ENEAGRAMA DE LA PERSONALIDAD: ENEATIPO 8

Eneagrama de la personalidad
Resumen – descripción de las características del eneatipo Ocho – 8 :
También llamado el desafiador, el jefe, el poderoso, el dominante, el lujurioso (lujuria).

El eneatipo Ocho pertenece a la triada del “Instinto” o del “Hacer”.
Este estilo de personalidad destaca por buscar el poder, tener el control de las situaciones e imponer sus propias reglas. Es una persona visceral, impulsiva, directa y dominante. Por lo general, ha desarrollado excesivamente su agresividad y su lado duro, en detrimento de su lado más tierno y sensible. Suele tener un gran corazón, aunque no lo muestra, y demuestra su afecto protegiendo.
El eneatipo Ocho se crece ante el conflicto, no le asusta. Es combativo, pasional y capaz de tomar decisiones rápidas. Se abre camino por la fuerza y tiende a saltarse las prohibiciones y los límites.
Actitudes* genéricas del eneatipo Ocho:
  • Soy extraordinariamente independiente y no me gusta depender de nadie para lo que necesito.
  • Creo que hay que «romper algunos huevos para hacer una tortilla».
  • Cuando quiero a las personas las considero «mi gente» y siento la necesidad de cuidar de sus intereses.
  • Sé cómo obtener resultados, sé cómo recompensar y apremiar a las personas para que hagan las cosas.
  • No siento mucha compasión por los débiles y los indecisos: la debilidad sólo atrae problemas.
  • Tengo una voluntad fuerte y no renuncio ni me echo atrás fácilmente.
  • No hay nada que me haga sentir más orgulloso que ver actuar por su cuenta a alguien a quien he tomado bajo mi protección.
  • Tengo un lado tierno, incluso algo sentimental, que muestro a muy pocas personas.
  • Las personas que me conocen me agradecen que les hable francamente y les diga exactamente lo que pienso.
  • He tenido que trabajar mucho por todo lo que tengo; creo que las dificultades son buenas porque te endurecen y te hacen tener claro lo que deseas.
  • Me considero un desafiador, una persona que saca a las personas de su zona de comodidad para que hagan todo lo que son capaces de hacer.
  • Mi sentido del humor es prosaico, incluso grosero a veces, aunque creo que la mayoría de las personas son demasiado remilgadas y sensibles.
  • Soy capaz de violentos estallidos de cólera, pero se pasan.
  • Me siento más vivo cuando hago lo que los demás creen imposible. Me gusta arriesgarme y comprobar si soy capaz de vencer los peligros.
  • Normalmente a alguien tiene que tocarle la situación desventajosa, y no quiero ser yo.
(*Extraídas del libro “La Sabiduría del Eneagrama”,
Russ Hudson y Don R. Riso. Urano, 2001)
Resumen de los niveles de salud del eneatipo Ocho:
Sanos (en su mejor estado). Asertivos, confían en sí mismos y son fuertes, los tipo Ocho sanos han aprendido a luchar para conseguir lo que necesitan y desean. Están orientados a la acción; tienen una actitud de “puedo hacerlo” y cuentan con una gran motivación interna. Les encantan los desafíos y son hábiles para iniciar proyectos; toman la iniciativa y hacen que las cosas ocurran. Son líderes naturales que los demás respetan y a quienes acuden en busca de orientación. Decididos, autoritarios y dominantes, los tipo Ocho sanos se ganan el respeto a través de ser honorables y utilizan el poder de forma constructiva defendiendo y protegiendo a la gente, actuando como proveedores y promotores de causas nobles. En su mejor estado: se vuelven moderados, magnánimos, misericordiosos y tolerantes. Son capaces de dominarse a través de autodoblegarse ante una autoridad. Valientes, deseosos de ponerse en peligro para obtener lo que buscan y causar una influencia duradera. Pueden ser heroicos e históricamente grandiosos.
Promedio (lo más habitual). A los tipo Ocho promedio les preocupa llegar a ser autosuficiente así como independientes a nivel económico. Son “individualistas recios,” pragmáticos, emprendedores, trabajadores y muy audaces; les encantan las aventuras y correr riesgos para ponerse a prueba y reafirmarse. Empiezan a querer dominar todo el ambiente (incluso a la demás gente) y se vuelven enérgicos, agresivos, orgullosos, egocéntricos y expansivos: se convierten en “el jefe” cuya palabra es ley. Imponen su voluntad y visión en todo y no ven a los demás como sus iguales, ni los tratan con respeto. Sienten que deben salirse con la suya y se vuelven beligerantes, amedrentadores y desafiantes, al mismo tiempo que tienden a crear relaciones antagónicas. Todo lo convierten en una prueba de voluntad y nunca ceden. Utilizan amenazas y represalias para que los demás les obedezcan, para mantenerlos en desequilibrio y con una sensación de impotencia. Sin embargo, el trato injusto hace que los demás tengan resentimientos y existe la posibilidad de que se agrupen en contra de ellos.
Insano (en su peor estado). Los tipo Ocho malsanos se aferran a su poder y quieren prevalecer con el control sin importar el precio. Se vuelven totalmente crueles, violentos, inmorales, despiadados, dictatoriales y opresivos. No admiten la culpa ni el temor. Comienzan a desarrollar ideas delirantes acerca de sí mismos y se sienten omnipotentes, invencibles e invulnerables. Cada vez se vuelven más temerarios y si sienten que están en peligro, pueden destruir con crueldad a todo aquel que no haya acatado su voluntad. Vengativos, salvajes, con tendencias asesinas y sociópatas en los casos más extremos.

  La pasión dominante del Eneatipo Ocho: La LUJURIA




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